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PARA TI - Novela (1era Parte) - TheCastAway - 22/03/2020 PARA TI - Novela (1era Parte) CAPITULO 1 Apenas abrió la puerta del apartamento, Silvana quedó en shock. Le comenzaron a temblar las piernas, le bajó la tensión y casi se desmaya. Se habían llevado muebles, TV, equipo de sonido, la consola de video juegos, el Bluray. Incluso ollas y utensilios de cocina. Recordó que no había sabido nada de Miguel (su pareja) en todo el día. Nada! Seguro que le habían aplicado un secuestro express, lo llevaron al apartamento para llevarse las cosas y quizás aparecería abandonado luego con un tiro en la cabeza en algún lugar distante. Se sentó en el piso y comenzó a llorar. Vio el teléfono y constató que los mensajes enviados a Miguel ese día aparecían como no recibidos. Ni siquiera salía la ultima vez que se conectó. Intentó llamar a Amarilis, una de sus mejores amigas que era abogado, quizás sabría que hacer. Seleccionó el numero y pulsó llmar. Mientras tanto, veía a su alrededor y notó que, a pesar de todo, no había desorden. Es mas, parecía que lo habían hecho todo con mucha calma. Por fin fijó su mirada en la puerta de la nevera y vio entre otros papeles, un sobre que decía: PARA TI. Sonó la contestadora pero no dejó ningún mensaje. Solo se levantó y tomó el sobre Supongo que ya te diste cuenta que me largué. Así comenzaba la carta que le había dejado Miguel, su ahora ex-pareja. De verdad que ya no me la calo más. Me harté de la rutina, me harté de ser quien hacia todo en la casa, me harté de que tengamos sexo solo una vez a la cuaresma, me harté de tus peos y amenazas, me harté de tu negativa a tener hijos. No voy a esperar a que te decidieras tenerlos. No se que te pasó. Pero no eres ni la sombra de la mujer que conocí. Y antes de que preguntes, SI, me lleve mis cosas. Pero solo las que, cada vez que te arrechabas, decías que me las ibas a botar o a quemar. Ademas, mis utensilios de cocina ya que no fuiste capaz nunca ni de freírme un huevo. De verdad que espero no volver a verte. Adiós.Apenas terminó de leer, sonó el celular. Aló marica, ¿Que pasó? Tengo una llamada perdida tuya, estaba con un cliente! Era Amarilis. Le contó lo que le acababa de pasar y su amiga le dijo: ¿Como es la vaina? ¿Que le pasa al marico ese? Miguel había aprovechado el viernes de carnaval para irse con destino desconocido. Esa noche, las mejores amigas se reunieron para apoyar moralmente a Silvana. Había solteras, casadas, divorciadas e incluso una que sospechaban que era bisexual. Mujeres al fin, pensaban que la mejor forma de ayudar era malponiendo a Miguel de todas las formas posibles. “De seguro tenia otra”, “tu no te mereces lo que te hizo”, “ese es un coño de su madre” y el famoso “después de todo lo que hiciste por el”. Lo peor es que Silvana parecía convencerse cada vez mas de que ella era una victima y que el desgraciado ese tenia que pagar por lo que hizo. Llegado el momento, su tristeza se convirtió en rabia. Quería hacer sentir mal a Miguel. Quería que sufriera, que sintiera vergüenza y arrepentimiento. CAPITULO 2 La familia de Silvana no era precisamente normal. Ella era la mayor de tres hermanos. Sus dos hermanos menores aun vivían con sus padres. Sus padres un día, cuando ella tendría unos doce años, decidieron divorciarse. Vendieron la casa que tenia, repartieron en partes iguales y cada uno se fue por su lado. La señora alquilo una pequeña casa en un popular barrio de la ciudad junto con sus tres hijos. El señor literalmente se fue de farra y putas. Alquilo un anexo que le ofreció un amigo e hizo algunas inversiones que no dieron fruto. Al cabo de cuatro años, estaba en la ruina. Derrotado y avergonzado, decidió probar a ver si su familia lo recibiría. A pesar de todo, le abrieron las puertas y el señor pensó que había recuperado su puesto en la familia. Obvio que las cosas no fueron iguales, pero igual tenia un techo sobre su cabeza y comida. Con el tiempo, Silvana se graduó en la universidad, consiguió trabajo y se independizó. El segundo en irse, fue su hermano menor Sergio, pero en circunstancias muy diferentes. Había logrado tener de novia a una de las chamas mas bonitas (y buenas) del barrio. La familia de Yessika, la novia de Sergio, la había casi que obligado a que buscara relacionarse con esa gente, ya que eran de las pocas familias decentes en el barrio y que tenían futuro. Queriendo y no queriendo, la chica le aceptó una invitación al cine a, Sergio. Luego de varias salidas, él le pidió ser su novia. Aunque ella solo dijo un frio OK, para el fue el cielo. Le mandó flores en su cumpleaños, le compró ropa y le regaló un celular para estar siempre en contacto. No es que Sergio tuviera mucho dinero, solo que le echaba pichón haciendo trabajos por internet y tenia una cartera de clientes que se había ganado con esfuerzo. Un día estando solos en la casa, pensó que era el momento perfecto para consumar su amor (al menos el amor de él por ella). Sergio tuvo que jalarle mucho para convencerla, a la final ella accedió, no quería perder la minita de oro que tenia. Y es que Yessika estaba realmente rica. Una trigueña ojos verdes, grandota por todas partes. Cabello siempre planchado, nunca se le veía sin maquillaje, grades tetas, cintura de avispa y un tremendo y redondo culo que adornaban unas bien formadas piernas. Ya por fin en el cuarto los dos desnudos, con las cortinas del cuarto cerradas y luces apagadas, el empezó a besarla por todas partes. El cuello, las tetas, el vientre, las piernas, los pies, su enorme culo. Por fin estuvo un rato lamiéndole la cuca, aunque ella no mostraba mucha emoción. Tampoco es que Sergio fuera un experto, pero con lo que había visto en las pornos, creía que tenia lo necesario. Cuando el sintió que no aguantaba mas y que tenia la erección a millón, procedió a meterselo. Ay no, dijo ella, a mi no me gusta que me metan el dedo! La cara de él cambio inmediatamente. Ella se dio cuenta de que algo pasaba, pero no atinaba a entender que era. El se acostó a su lado sin decir nada. ¿Que paso amor? Dijo ella. Si es por lo del dedo no importa, debí haberte dicho que no me gustaba. Ven vamos a hacerlo. Pero él solo movía la cabeza de un lado a otro mirando fijamente el techo. Ella empezó a acariciarlo para animarlo y poco a poco bajó su mano hasta el pene de él. Ahí fue cuando se dio cuenta de lo que pasaba. Con la mayor vergüenza le pidió disculpas. Ella incluso intento besárselo, pero el solo se levantó y se vistió. Ese día no paso nada mas. Eventualmente lo hicieron y el trataba de convencerse de que el tamaño no importaba sino la técnica. Vio mas porno y leyó sobre la mejor forma de estimularla. Con el tiempo, pensó que habían logrado superarlo y que la satisfacía. Meses después, una tarde de miércoles y debido a no se que peo con el comedor de la universidad, suspendieron las clases temprano. Decide pasar por su casa, echarse un baño e ir a buscar a su novia. Al llegar, escucho ruidos y gemidos. Pensó ¿Verga mi mamá y mi papá tirando? Le echan bola los viejos. Pero el cuarto de ellos estaba vacío. Al pasar por el cuarto de su hermano mayor, Samuel, se dio cuenta de que la “pelea” era ahí. Si, así, dame duro, me gusta. Se escuchaba. Los golpes se hacían cada vez mas fuertes e intensos. Asi papi, rico, meteme todo ese güevote que tienes. Anda si, estoy acabando, ahora, siii. El no lograba identificar la voz de la mujer. De hecho, no le conocía novia a su hermano. Siguió de largo, fue a buscar sus cosas para bañarse y cuando iba al baño, vio a Yessika saliendo del cuarto de su hermano en paño con toda la intención de darse un baño también. A el casi le da una vaina de la impresión/arrechera/decepción. Se quedó mudo con los ojos que se le iban a salir. Ella volvió a meterse al cuarto y su hermano salió. Que bolas tienes tu nojoda, le dijo. ¿Con ella y en nuestra casa? Samuel no dijo nada, solo se encogió de hombros y se volvió a meter en su cuarto. Sergio espero un rato sentado en la sala hasta que llegó su mamá y le contó lo sucedido. Pensaba que se iba a armar el gran peo. Sin embargo, con la mayor frialdad del mundo, su mamá le dijo: ¿Y cual es el rollo? Total, esa era mucha mujer para ti. Menos de una semana después, se mudó donde una tía. Juro que mas nunca volvería a esa casa. Para él, su mamá y su hermano estaban muertos. Su papá tuvo que morir callado porque la señora le dijo que no se metiera con amenaza de mandarlo a la mierda otra vez si intervenía. CAPITULO 3 Silvana estaba resignada a que su relación se había terminado definitivamente. Ya, con la cabeza mas fría, se puso a pensar en como haría para hacer sentir mal a Miguel. Recordó que el siempre le decía: si me vas a montar cachos, que sea con alguien mejor que yo, no vayas a dejarte coger por cualquier pelabolas, menos con un negro. Listo! Pensó. Mentalmente se puso a buscar entre sus amistades y conocidos que le hayan lanzado alguna directa o indirecta alguna vez. Quería que el se enterara que se estaba acostando con todo el que se le atravesara, para que le doliera. En la empresa donde trabajaba, ya todos sabían que se había separado. Algunos colegas le cayeron como buitres, pero ninguno parecía que encajara con lo que ella buscaba. Paso semanas tratando de encontrar su primera victima, pero ninguno cumplía con los requisitos. Una noche, que se quedó de mas en la oficina terminando unos informes, su jefe le preguntó si quería que la mandara a llevar a su casa, ella accedió. Un vehículo te estará esperando para llevarte, le dijo. Así hizo, bajó al estacionamiento y al montarse en el vehículo, el chofer le dice: Buenas noches mi lice, usted me dice a donde la llevo. Manuel era chófer desde hace varios meses en la empresa. Un tipo de lo mas criollo, conocedor de la ciudad y un piropeador de primera. Al verlo, Silvana sintió como una revelación. Espera, le dijo, no arranques. Se bajó de la parte de atrás del carro y se sentó en el asiento del copiloto. Ahora si, vámonos. Silvana no le quitaba la vista de encima, lo detallaba y mientras mas lo veía, mas se convencía. Aunque usaba uniforme (camisa blanca manga larga, pantalones de drill color negro y corbata azul marino) no se le quitaba lo sencillo. Para la satisfacción de ella, el carajo era bastante oscuro. Disculpa que ande como una loca, le dijo ella cuando se detuvieron en un semáforo. No lice, para nada, usted no se debe ver fea ni recién levantada. Le contestó Manuel. Que lindo de tu parte, le dijo ella. Como pudo se sentó de manera que su pierna estuviera muy cerca de la palanca de cambios. Así, cada vez que el chofer cambiaba una velocidad, le rosaba la rodilla. Disculpe lice, le decía. No hay problema, le contestaba ella. José Manuel no era ningún pendejo. Sabia que algo estaba pasando. En un cruce casi choca al ver que la falda de “la lice” se había subido bastante. ¿Te puse nervioso? Le pregunto ella. Manuel se aclaro la garganta y le contesto: Un poco lice, pero fue mi error, tengo que estar pendiente de la vía. Al llegar al edificio donde vivía “la lice”, ella le dijo: mete el carro al estacionamiento, aun es temprano. Coño! Pensó él, la vaina como que es en serio. Estacionó y ella le dijo: Acompañame, no quiero estar sola. Ni corto ni perezoso el se bajó y subieron al apartamento. Una vez dentro ella le ofreció algo de beber. Un roncito estaría bien le dijo el. Ella saco una botella de Santa Teresa 1796 que había dejado Miguel y le sirvió un trago seco. Voy a echarme un baño, esperame aquí, le dijo ella. Al salir, estaba con un conjunto de casa de algodón de franelilla y short. El no puede evitar bucearla de arriba a abajo. Silvana era una mujer muy atractiva. Le gustaba ir al gimnasio y comer light. Frecuentaba peluquerías, spa’s y centros de depilación. No había nada feo en ella, ni siquiera el dedo chiquito del pie. No esperó que Manuel terminara su trago, se lo quitó lo puso en la mesa, le tomó la mano y se lo llevó al cuarto. Ya dentro y sin decir palabra, se quitó la ropa y se acostó en la cama. José Manuel no atinaba a entender la situación. ¿Que paso negro? ¿No me quieres coger? Le dijo Silvana mientras le abría las piernas. Manuel fijó sus ojos en su cuca, perfectamente depilada. ¿Es en serio? Le dijo él. No sé, esto no me cuadra. Tranquilo chico, le dijo ella. Desnudate y metémelo. Es que no entiendo, dijo Manuel. Usted es tan bonita, elegante, limpiesita y sobretodo, se ve que tiene clase. Ademas, yo nunca la había escuchado hablando así. ¿Que puede querer una mujer como usted de un carajo como yo? Nada papi, le dijo ella intentando convencerlo. Me siento sola y quiero que me cojas, solo eso. Entre cagao y excitado, él procedió a quitarse la ropa. Ya al lado de ella, quiso besarla pero ella le apartaba la cara o solo aceptaba que le dieron besos “de piquito”. Aun así, empezó a meterle mano por todas partes. Tetas, nalgas, cuca. ¿Te gusta? Le dijo ella. Si, le dijo él, que jode. Pero no sé si debiera estar haciendo ésto. Ella se incorporó y se puso en cuatro. Anda mi negro, le dijo, cogeme rico. Al ver aquel culo perfecto de gimnasio Manuel ya no aguantó las ganas. Seguía pensando que había alguna trampa, pero ya que carajos. No traigo condones, le dijo. No importa, le dijo ella, esa es la idea. A diferencia de Miguel, Manuel lo tenia mas grande y grueso. Le costó meterselo y ella se estremecía cuando el trataba de empujarlo hasta el fondo. Uso el viejo truco de la saliva, se lo escupió y por fin entró por completo para comenzar la faena. Aunque la de la idea fue de ella, Silvana era bastante pasiva. Pero sabía lo suficiente como para saber que tenia que animarlo si quería conseguir su objetivo. Anda negro, dame duro papi, cogeme rico, le decía. Poco a poco el fue agarrando confianza y empezó a cogerla de verdad. A ella me molestaba un poco porque le llegaba al tope, pero aguantaba. Manuel estaba extasiado ante aquel cuerpo casi perfecto. Pronto ella sintió que el ritmo de él se estaba poniendo errático y supuso que estaba por acabar. Así mi negro, dale papasito, acabame adentro, echamela toda. Y era así, él estaba a punto de acabar cuando la escucho: dale negro, acábame dentro, quiero que me preñes. Al mismo tiempo que una luz lo dejaba medio ciego. Entre la frase y la luz, Manuel lo sacó y dijo: ¿Que coño pasa pues? Vio a Silvana, celular en mano, tomando fotos. ¿Que pasó negro? ¿No acabaste? Le dijo ella. ¿Usted ta loca? Le dijo él. ¿Que vaina es esa de que la preñe y de estar tomándome fotos? ¿Usted cree que yo soy güevon? ¿En que peo me quiere meter? Manuel se apartó y se levantó de la cama. Se vistió y le pidió que le abriera para poder irse. Silvana entre arrecha y avergonzada, lo hizo de mala gana. Espero que esto quede entre nosotros dos, le dijo ella antes de que se montara en el carro y se fuera. RE: PARA TI - Novela (1era Parte) - Pzykophat - 22/03/2020 Rayos!!!!!!!! Ya estoy pensando como juntar todo cuando este completa para tenerlo todo en un solo sitio. Keep working bro!!!!! RE: PARA TI - Novela (1era Parte) - Hefesto - 23/03/2020 Coño Wilson... que tremendo cuento. Me la vacile como es... esperando las partes que le siguen. RE: PARA TI - Novela (1era Parte) - Poved13 - 23/03/2020 Espero que no pase mucho tiempo antes de la segunda parte. Quedé como picao RE: PARA TI - Novela (1era Parte) - Pzykophat - 23/03/2020 (23/03/2020, 2:37:57 PM)Poved13 escribió: Espero que no pase mucho tiempo antes de la segunda parte. Quedé como picao RE: PARA TI - Novela (1era Parte) - Juve1987 - 27/03/2020 Maaarico que historia tan buena, llegue tarde pero valió la pena, lo malo es que leí la 2da parte primero jaja |