11/03/2020, 9:47:51 PM
(11/03/2020, 8:33:40 PM)nietoderam escribió: Yo soy bien cagón con estos temas.
La otra fue de niño, tenía como 7 años y veníamos de Valencia en avión, era temprano en la mañana. Recuerdo que el avión hizo escala en Barcelona y quedó medio vacío. A mi siempre me gustó ir en la ventana, los aviones siempre me gustaron y quería ser piloto. Yo asomado por la ventana y veo que el avión le pasa por el lado a un disco plateado con luces de colores que estaba suspendido en el aire, no dije nada porque inmediatamente pensé que nadie me iba a creer. Nunca conté esa historia hasta que estuve adulto y porque estoy seguro de lo que vi. Supongo que los pilotos debieron haber visto algo pero quizás es como dice JJ Benitez, que ellos elijen quien los ve y quien no.
Siempre me ha llamado la atención no el tema ovni como tal porque sé que en esa vaina hay mucho cuento inventado, pero si siempre me ha parecido que sería increíble ver un ovni o un extraterrestre en persona.
Tengo dos cuentos que a pesar que no los considero de ultratumba si me parecieron extraños. El primero es que hubo una temporada en mi vida en la que me despertaba aproximadamente a las 2:23 minutos de la madrugada, apenas despierto escuchaba un taconeo que venía desde la subida que es la entrada a mi urbanización y se dirigía hacía la entrada de mi edificio, siempre pensaba que era alguna chica que bajaba y que vivía aquí por que los otros dos edificios las entradas están una frente a la otra y están muy alejadas de la ventana de mi habitación. Bueno, siempre pensaba coño quien será esa jeva del edificio que llega tan tarde, ¡Dios, que peligro! y bueno pensamientos de ese tipo y nunca se me había ocurrido a asomarme por la ventana para ver quien era.
Hasta que un día tuve la mala idea de asomarme por la ventana de mi cuarto al escucharla bajar. Bueno, me desperté como me había pasado en noches anteriores a casi las 2:30 de la madrugada, escuché el taconeo y me preparé. No me asomé apenas lo escuché porque hay un árbol que me tapa parcialmente la vista hacía la bajada o entrada de la urbanización, esperé más o menos a que llegara a la altura de la calle que da exactamente al frente de mi ventana y levanté la cortina y cual es mi sorpresa que vi a Delcy Eloína bajando con su vestido rojo rojito....... Jajaja no vale de verdad, cuando levanté la cortina inmediatamente dejé de escuchar el taconeo y no vi absolutamente a nadie, la calle estaba completamente sola. Lo raro es que ni siquiera me sentí asustado y me acosté y me quedé dormido casi de inmediato. Al día siguiente pasé casi todo el día pensando en lo raro del suceso y le eché el cuento a alguien (que ya no recuerdo) que vive en el edificio y le pregunté que le parecía lo del episodio, el pendejo ese me respondió que esa era la muerte y que si yo hubiese tenido la mala suerte de verla, que habría muerto en ese momento. ¡Que pendejo!.............
El otro cuento es que yo, aunque aquí nadie lo crea, formé parte de un grupo de santería en mi edificio, si se preguntan ¡Coño que vaina más rara! ¿samsung en una seudoreligión donde asesinan animales? pues si la vaina fue más por curiosidad que por otra cosa. Lo cierto es que estuvimos un mes en esa porquería y bueno al poco tiempo nos salimos.
Yo tengo una ahijada que fue una niña adoptada por una tía porque la mamá biológica la odiaba desde que estaba en el útero, y en nuestra casa la amamos y la cuidamos hasta que tenía unos cuatro o cinco años, bueno mi tía se la llevó luego de la casa definitivamente para cuidar a su hija adoptiva lejos de nosotros y en nuestra casa quedaron algunos juguetes de ella. Entre esos juguetes había una pelota de goma inflable. La cuestión extraña o rara es que a pesar de que nos salimos de la religión mi madre mantuvo sus "santos" varios años en sus respectivas soperas (el que sabe de santería sabe a que me refiero) y entre esos santos estaba el que llaman eleguá, y los juguetes de mi ahijada fueron a parar al altar de ese santo. Bueno una madrugada me desperté y como en esa época yo dormía con la ventana y la cortina abierta entraba suficiente luz como para ver en detalle lo que pronto pasaría ante mis incrédulos ojos: la pelota estaba dando vueltas en círculos en el piso de mi cuarto. Yo me asusté, pero este susto me duró un segundo porque inmediatamente recordé uno de los tantos cuentos que se escuchan en ese mundo de la santería y es que me imaginé que eleguá estaba jugando con la pelota de mi ahijada.
Claro al rato la pelota comenzó a perder fuerza (siempre dando vueltas en círculo) hasta que finalmente se detuvo en el medio del cuarto. Yo, para asegurarme que la vaina no era un sueño, me mordí el dorso de la mano con fuerza y me dolió. Así que acepté que estaba despierto y lo que vieron mis ojos escépticos fue real. El problema ahora que se me presenta es que yo sufro a menudo de parálisis del sueño y al día de hoy después de tantos años realmente no sé si ese día realmente estaba dormido o despierto y si realmente me dolió físicamente el mordisco que le metí a mi mano.
El otro cuento que puedo hechar está relacionado con un homosexual pero el cuento es largo y hoy ya no quiero escribir mucho más hasta pronto.............
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