Cuenta tu anécdota de cuando fuiste un soldado caído

Aquí donde me ven con este nickname tan vulgar, yo soy un carajo bastante escrupuloso con estas cosas.

Hay algo que me ha pasado varias veces en esta vida y es el mismo patrón. Bajo el criterio de ustedes puede que quede como soldado caído, pero quiero que traten de entenderme porque al sol de hoy estoy convencido de que yo tomé la decisión correcta.

ENSAYO UNO

Estaba por vainas de trabajo en una conferencia en EEUU. Conocí a esta chama israelí. La caraja bella aunque tenía tremenda narizota, pero eso es lo de menos porque tenía unos ojazos verdes y un cuerpo divino. Al escucharme hablar inglés con mi acento latino se empezó a interesar en mí.

Total, salimos con otros panas a un bar y todo el mundo a beber. Yo personalmente bebo muy poco y muy lento porque no hay vaina que me dé más arrechera que un borracho de esos que necesitan ayuda y no me quiero imaginar a mí mismo en una situación tan indigna.

La cosa es que nos sentamos en una mesa grande, la chama se sienta al lado mío y empieza con el cuchicheo y el flirteo pero ella empieza a jalar caña duro, me agarraba la rodilla, me pasaba la mano por la parte interior del muslo, se reía de cualquier verga conmigo, mientras seguía bebiendo como si la vaina fuera gratis. De repente, la chama se para y le anuncia a la mesa "okey muchachos, me voy, güevopeluo me va a acompañar a mi hotel".

Cuando vamos caminando por la calle lo que me doy cuenta es que la caraja está super rascada y no podía caminar derecho. La llevé al hotel, la acompañé a la puerta del cuarto y me despedí de manera muy cortés. La chama me agarró de la mano así como para que no me fuera pero me despedí y la dejé porque de pana la pea que tenía era demasiado brutal.

Al otro día de la conferencia todos los otros bichos creían que yo le había pegado la culiada del siglo. Ella, como si no hubiera pasado nada (probablemente ni recordaba). Yo, callado. 

ENSAYO DOS

Voy a la playa un fin de año con dos panas míos, sus novias y dos amigas de las chamas: una bicha ahí equis odiosa y otra que estaba más o menos buena y era muy pana. Igual, todo el mundo bebiendo pero yo soy cauto además de que estoy consciente que la deshidratación que provoca estar bajo el sol potencia los efectos del alcohol.

Esta última chama (la más o menos buena y pana) se queda tomando sol y yo me quedé con ella mientras todo el mundo estaba metido en el agua, así que nos pusimos a conversar hicimos bastantes migas. Ahí tuve la oportunidad de revisarla y ver que sí tenía un buen culo y que escogía vestidos de baño bastante diminutos y provocadores.

Regresamos a la casa que habíamos alquilado para esos días y vamos ella y yo a conversar y a tomarnos unas birritas en la terraza. Me cuenta que tiene un hijo pequeño que está en casa de los abuelos, que lo tuvo en 5to año, que el padre de la criatura era un chamo de familia de plata, que los papás del chamo habían tratado de convencerla para que abortara pero que ella al final ella no quiso, bla, bla, bla. Me cuenta también que ahora tenía otro novio pero que el pana no había podido ir porque trabajaba de administrativo en una empresa de buses y por las fechas tenía que quedarse trabajando de noche. 

En fin, al día siguiente vamos a la playa en la mañana, almorzamos y a la tarde regresamos a la casa todos bañándonos en la piscina relajao relax. Otra vez a jalar caña y esta caraja se vuelve loca con los cocteles y el ron. No sé cuanto bebió, pero fue mucho. La tipa se pone hasta las tetas de caña y empieza a bailar de manera ridícula, se cae a la piscina, la sacamos riéndose, etc. Al rato dice que se va para el cuarto a acostarse un rato.

No pasan como quince minutos cuando empieza a gritar mi nombre: "¡güevopeluooo! ¡güevopeluooo!". Coño, yo subo pensando si le pasa algo y la encuentro en el cuarto buscando por todo lado. Le pregunto qué pasa y me dice que se le perdieron las llaves del carro y que la ayude a conseguirlas. Se pone en cuatro patas para buscar debajo de la cama con ese culo con bikinito apuntando hacia mí y la espalda arqueada. Se levanta y suelta una risita.

Yo me acerco al closet a buscar entre las gavetas y ella dice que no que ahí está su ropa íntima y la de la amiga y que ella lo busca. Se pone delante mío y mientras se inclina para revisar las gavetas empuja hacia atrás esas nalgotas y se arrecuesta mi tostón que solo estaba cubierto por un speedo. Por supuesto a ese punto ya yo tenía la palanca como diamante, la caraja se ríe, se voltea y me da un piquito y sigue por el cuarto. En ese momento entra la otra chama (la odiosa) y pregunta qué pasa, mi compañera le explica lo de las llaves del carro y ella le dice como "OK quieres que te ayude a buscar?" A lo que yo le digo "sí, ayúdala porque está muy prendía y no encuentra nada" y me fui del cuarto. 

ENSAYO TRES

Estaba un sábado por la mañana en casa de unos panas, El Gordo y El Chino, que compartían apartamento con otro carajo que casi siempre estaba afuera y si acaso lo traté un par de veces (lo menciono porque el tipo años después se murió solo en su casa y no se enteraron hasta varios días después por la hediondez del cadaver). El apartamento estaba en una de esas residencias que tienen un área común con piscina y ranchito con mesitas de ping pong y futbolín. Bajamos a comer pizza, tomar birra, hablar güevonadas, jugar ping pong y demás cuando llega esta chama amiga del Chino a visitar, llega con otra caraja linda de cara y con cuerpo potable y nos metemos todos a la piscina.

Bebemos y jodemos un rato y luego subimos al apartamento porque el Chino era un duro con al porro y tenía varios bongs y kush como para un pelotón entero. Todos nos pegamos tremenda fumada. El Chino y la amiga no demoran mucho y se van decididamente al cuarto de él a volar machete sabroso. Nos quedamos el Gordo y yo con esta otra pana hablando, fumando más monte y bebiendo. Obviamente estábamos todos bien intoxicados pero a esta chama que apenas acabamos de conocer le dio por hablar de vainas eróticas. Me daba risa no sólo porque estaba bien trabao sino porque ella era de esas chamas que a lo mejor habrían tirado con uno o dos güevones en su vida y ya creen que son unas expertas del Kamasutra.

La vaina se empieza a poner incómoda cuando la caraja empieza a hablar de que a ella nunca se la han tirado dos carajos al mismo tiempo, que le encantaría probar, que esto y lo otro, que qué difícil coordinar entre darle el papo a uno y mamarle el bicho al otro, bla bla bla. Yo miro al Gordo a la cara y el bicho estaba tan fumao que lo que hacía era reírse y comentar pendejadas pero era claro  que no captaba las indirectas. Para evitar que la vaina fuera a mayores propuse que fuéramos abajo a la piscina otro rato. Llevé una pelota y unos inflables y jugamos en el agua hasta que se nos pasó la traba. Obviamente a la chama se le pasó la mariquera erótica después de eso.

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Después de estas historias, ustedes dirán:

¿QUÉ TE PASA, GÜEVOPELUO, ERES PENDEJO?

Hay un patrón común en estas historias, y es que las chamas estaban intoxicadas: borrachas y/o drogadas. ¿Cuál es el peo? El peo, primeramente, es legal. Sobre todo porque dos de estas situaciones se dieron fuera de Venezuela, donde la ley es clara que si te coges a una chama que está muy borracha ella te puede joder argumentando que no recuerda haber estado de acuerdo con tirar contigo y que, en consecuencia, tú la violaste. Felicidades: por quesúo vas a pasar la próxima década de tu vida en una celda con un negro morcilludo y un mexicano con la cara tatuada que te van a usar todas las noches como su muñeca inflable y que te van a tumbar los dientes para que no les muerdas el cambur. 

El segundo peo es personal. Serán vainas mías, pero no me gusta la idea de tirarme a una chama muy rascada. Me parece que es aprovecharse de la situación, y así la caraja esté pistoneando duro por tí, el alcohol hace que la gente haga o diga cosas de las que después se puede arrepentir. 

EL FIN. AHÍ LES DEJO EL CUERO PA' QUE ME DESTRUYAN.