SEXO PLANIFICADO

Para nadie es un secreto que las relaciones sexuales en el matrimonio se ponen cuesta arriba cuando llegan los hijos. Muy diferente a meterse a vivir con la jeva porque la preñaste, ese es otro cuento.

Recién casado vivíamos tirando tres veces al día. De verdad que a mi me gustaba que jode mi esposa y le tenia full ganas. Luego vino la barriga y obvio que la vaina tuvo un bajón. Sin embargo, creo que hasta el sexto mes lo seguimos haciendo. Por vainas que no vale la pena mencionar, nos tuvimos que mudar y la suegra, que vivía con la cuñada, empezó a tener peos con el yerno. Mi esposa me pidió echarle una mano y aceptarla en la casa.

Antes de que ella llegara y como yo trabajo después del mediodía, una vez que dejábamos a los chamos en el colegio, aprovechábamos. A estas alturas, ella ha recuperado su figura y lo que provoca es hacer de todo. Lo mejor es que no le dice que no a nada. Pero (si, el bendito pero), con la suegra en la casa la vaina se puso difícil. Si lo hemos hecho, pero en silencio para no incomodar y de pana, así es por demás de corta nota. También aprovechamos cuando la señora sale a hacer alguna diligencia. Pero ya no es como antes. Lo hacíamos en el cuarto, en la sala, en la cocina, en el balcón (de noche) y ahora estamos limitados a la habitación.

Hace unos días escuche que a la suegra la habían invitado a pasar el fin de semana donde una amiga y, casualmente, la cuñada había invitado a los chamos a ver pelis el sábado en la noche… MAS NADA!!!

Se lo comenté a mi esposa y ella me dijo para que tuviéramos una velada romántico/sexual. Saqué del lugar secreto los dados sexuales, los lubricantes y los puse en la mesa de noche (los carajitos jurungan toda vaina y hay que estar pilas). Me afeité, me rasuré y podé a mi muchacho. Ella hizo lo mismo. Para mi sorpresa y regocijo, me dijo que si todo iba bien, esa noche también me tocaba culito. Coño, yo mismo soy!

El viernes en la noche no podía dormir, vainas locas que le pasan a uno por la cabeza. Casi a la media noche me senté en el balcón a vacilar el paisaje, el silencio y a ver si me llegaba el sueño. Cuando fui a  encender un cigarro, noté una presencia que venia hacia el balcón. Volteo y es la suegra que se sienta en la otra silla, prende un cigarro y me dice: no puedo dormir! Estamos igual suegra, le dije. Pero debería tratar de descansar, mañana tiene que agarrar bus y tren para su paseo.

Luego de terminar su cigarro, pasó por la cocina y luego a su cuarto. Yo me quedaría como media hora mas y me fui a acostar. A la mañana siguiente, me levanté temprano y me preparé café. Me pareció raro no ver el movimiento de la suegra para irse, pero no le paré mucho. A las diez la señora aun no se había levantado y se lo hice ver a mi esposa. No vaya ser que se sienta mal, le dije. Pues nada, la doña seguía clavada en su cama. Está roncando, me dijo mi esposa.

No me jodas, dije para mis adentros. A golpe de once se levantó con cara de zombie. Se preparó un café y se puso a conversar con nosotros. Que pasó suegra? Le dije. Yo la hacía ya donde su amiga. Que va, me dijo. Anoche como no podía dormir me tome una pastilla y aun ando boba. Pues muy mal hecho! Le dije. Usted tenia un compromiso y debería honrarlo. Es de muy mal gusto dejar plantado a una amistad. Yo creo que no voy a ir, me dijo. ¿Que? Le contesté. Quizás esa señora hasta habrá comprado comida para atenderla y ¿La va dejar esperando? Eso no se hace!

Entre la habladera de paja y yo tratando de convencer a la doñita para que se fuera a su paseo, llega la cuñada con el esposa y el hijo. Que bueno que está reunidos, queríamos darle una noticia: Estoy embarazada! Mi suegra y mi mujer gritaron, saltaron, la abrazaron, la felicitaron y todo el zaperoco que solo las mujeres saben armar ante tales noticias.

A todas estas, ya eran las dos de la tarde. Me resigné a que la suegra no se fuera, pero contaba que al menos la cuñada se llevara a los chamos y poder estar al menos mas en privado esa noche. Nada mas lejos que eso. La cuñada se había estado sintiendo mal y quería tratar de descansar esa noche, por lo que la peli también se suspendió. A mi de pana que me dieron hasta ganas de llorar de la impotencia, arrechera y decepción. Abrí la botella de etiqueta roja que tenia y traté de ahogar mis penas en el alcohol. (A verga, de pana que la vaina me cayó super mal). Total que a la final ya a las ocho de la noche yo estaba super relax y durmiendo.

Al día siguiente, me levanto a media mañana, me echo una ducha y preparo un café. Me llamó la atención tanto silencio. ¿Mas o menos? Mi esposa sale de la cocina unicamente con un hilo puesto y yo como que, ¿Y esto? Me dijo que la mamá se sintió mal porque le suspendieron la peli la noche anterior a los nietos y se los llevo a pasear y a almorzar. Estoy recién bañadita, añadió. Y lista para la acción.

Tanta planificación quedó en nada, pero al día siguiente la pasamos del carajo. Ella pudo gemir sin temor a que los chamos o su mamá la escuche. Y si, al final me dieron culito.