29/07/2019, 3:54:42 PM
Muy pocos carajos podían recibir mas merecidamente el mote de “pana” que “el enano”. Aunque media mas de 1,85, era el mas pequeño de sus hermanos. Siempre tenia una sonrisa, quizás por eso le caía bien a todo el mundo y se la llevaba muy bien con sus jefes. A pesar de que era chofer/mensajero, lo estimaban como un igual entre empleados y supervisores. Si había una reunión y alguno del grupo se le hacia jodido ir, el enano lo iba a buscar y luego lo llevaba de vuelta. Si a mitad de la noche había que salir a sabanear una caja de cerveza u otra botella porque nos quedamos cortos, el pana no solo iba con su carro, si no que conocía donde se podía conseguir a esa hora. No por nada nos botábamos en sus cumples, de verdad que se lo merecía.
Su esposa era media jodida pero no antipática. Se metieron a vivir desde muy chamos porque ella salió preñada. Y ahí estaban, años después aun juntos y con cuatro carajitos. Vivían tranquilos en un barrio lleno de gente fiestera y jodedora. Su casa era muchas veces, sede de reuniones, parrillas, hervidos o cualquiera que fuera la excusa con tal de reunirnos, beber, hablar paja y escuchar música.
El único detalle criticable del enano, era su voraz apetito sexual. Normal que a veces el pana se perdiera por horas y regresara mas contento que de costumbre. Y no, no iba a su casa. Si algo le llovían eran mujeres y si se dejaban, no las pelaba. Una vez lo vimos en una arepera con una tipa medio federica, aunque simpática de trato. Cuando lo vimos nuevamente, uno del grupo se le ocurrió mencionar ese detalle, a lo que el solo se limitó a responder: “el que coge feas, coge mas”.
Cuenta la leyenda (por así decirlo) que el tipo se había echado a mas de una en el trabajo, vecinas, primas, una cuñada, trabajadoras de bancos y alcaldía donde tenia que ir constantemente y nunca hacia cola, peluqueras etc. Las malas lenguas aseguran que incluso había en esa lista menores de edad y mujeres bastante mayores. Un día que fuimos a Barquisimeto a hacer un levantamiento, vimos a lo lejos a un carajo agarrado de mano con una chama y alguien dijo: Carajo! Eso no es el enano? Pues si, era el pana, de la mano de la hija (mayor de edad) de una compañera de trabajo! Al vernos quiso hacerse el musiú pero que va, no pudo evitar la joda. Epale mis panas, esteee, esta es una sobrina que la traje a conocer la ciudad… Todos nos cagamos de la risa! Vale la pena mencionar: la carajita estaba bella y tiernita. Linda de pies a cabeza (esta ultima medio vacía), pero para fines sexuales, no tenia ningún desperdicio.
Entre ese grupo de mujeres, destacaba una mujer como de 30 años. Blanca, grande por todas partes. Tenia todo muy bien. Tetas, culo y piernas. Blanca, con cabello castaño claro y unos grandes y hermosos ojos verdes. A pesar de que tenia dos hijos, estaba por demás de buenota. El enano nos mostró algunas fotos de ella. Primero en traje de baño, luego en ropa interior y por ultimo totalmente desnuda. Un espectáculo de mujer por así decirlo. El único detalle que se pudiera mencionar era que estaba casada y, para completar, con un militar.
Aun así y por los cuentos que echaba el enano, la tipa no se andaba con vainas a la hora de tener sexo. Mamaba, se meneaba muy bien y se lo dejaba meter por el culo si el enano se lo pedía. Incluso hasta footjob (tenia los pies hermosos).
Obvio que le mencionamos lo peligroso de la situación. Y tal cual se lo advertimos, el esposo comenzó a sospechar y un día por poco lo pillan. El enano saltó por la parte de atrás de la casa, cayó en una quebrada y salió disparado a buscar su carro que lo había estacionado a un par de cuadras. Para el enano esa situación, lejos de asustarlo, le hizo creer que se las sabia todas mas una. Algo así como el invencible e inatrapable. Ni el ni la señora se dejaron, mas bien se empezaron a ver mas seguido.
Una tarde de jueves, el enano recibió el mensaje habitual de su amante asegurándole que no había moros en la costa y que estaba lista para la faena. Como siempre, estacionó el carro a un par de cuadras y se dirigió caminando a la casa de su amada. Comenzaron los besos, abrazos y la metedera de mano de rigor. Ya con los pantalones abajo, el enano escuchó que alguien intentaba abrir la puerta de la casa. Como la vez anterior, saltó por la pared posterior y de ahí a buscar el carro. Pero esta vez la cosa fue diferente. El esposo había pillado el modus openrandi del enano y el también salió corriendo, pero no tras el, si no en dirección a donde estaba estacionado el carro del enano, que ya lo tenia precisado.
El enano logró llegar primero y encendió el carro, pero se tardó cerrándose el pantalón que aun llevaba abierto. Antes de arrancar, un disparo entró por el lado derecho del parabrisas, enterrándose en el lado derecho de su pecho. Estaba vivo aún, logró tomar el teléfono y llamar al primer numero que consiguió, su hermana. Como pudo, le pidió disculpas y que le cuidara a sus muchachos. Ahí quedo el enano, dentro de su carro, sentado y con el pantalón aun abierto.
No voy a negar que, aunque sabíamos que algo así podía sucederle, la noticia nos afectó que jode. No se quienes lloramos mas en la funeraria y el cementerio, si la familia o los panas.
Al parecer, la mujer al verse descubierta por su marido, cantó todo y le dijo con detalles como hacían para verse. Según el marido fue el que la la “obligó” a contactar al enano y ésta ya le había indicado donde paraba el carro, el color y la placa. El tipo ni ella nunca fueron presos. El tipo se valió de su rango y la movió. Cuando la familia preguntaba sobre el caso, le decían que eso pertenecía a los tribunales militares, que preguntara allá. Nunca hubo respuestas.
Su esposa era media jodida pero no antipática. Se metieron a vivir desde muy chamos porque ella salió preñada. Y ahí estaban, años después aun juntos y con cuatro carajitos. Vivían tranquilos en un barrio lleno de gente fiestera y jodedora. Su casa era muchas veces, sede de reuniones, parrillas, hervidos o cualquiera que fuera la excusa con tal de reunirnos, beber, hablar paja y escuchar música.
El único detalle criticable del enano, era su voraz apetito sexual. Normal que a veces el pana se perdiera por horas y regresara mas contento que de costumbre. Y no, no iba a su casa. Si algo le llovían eran mujeres y si se dejaban, no las pelaba. Una vez lo vimos en una arepera con una tipa medio federica, aunque simpática de trato. Cuando lo vimos nuevamente, uno del grupo se le ocurrió mencionar ese detalle, a lo que el solo se limitó a responder: “el que coge feas, coge mas”.
Cuenta la leyenda (por así decirlo) que el tipo se había echado a mas de una en el trabajo, vecinas, primas, una cuñada, trabajadoras de bancos y alcaldía donde tenia que ir constantemente y nunca hacia cola, peluqueras etc. Las malas lenguas aseguran que incluso había en esa lista menores de edad y mujeres bastante mayores. Un día que fuimos a Barquisimeto a hacer un levantamiento, vimos a lo lejos a un carajo agarrado de mano con una chama y alguien dijo: Carajo! Eso no es el enano? Pues si, era el pana, de la mano de la hija (mayor de edad) de una compañera de trabajo! Al vernos quiso hacerse el musiú pero que va, no pudo evitar la joda. Epale mis panas, esteee, esta es una sobrina que la traje a conocer la ciudad… Todos nos cagamos de la risa! Vale la pena mencionar: la carajita estaba bella y tiernita. Linda de pies a cabeza (esta ultima medio vacía), pero para fines sexuales, no tenia ningún desperdicio.
Entre ese grupo de mujeres, destacaba una mujer como de 30 años. Blanca, grande por todas partes. Tenia todo muy bien. Tetas, culo y piernas. Blanca, con cabello castaño claro y unos grandes y hermosos ojos verdes. A pesar de que tenia dos hijos, estaba por demás de buenota. El enano nos mostró algunas fotos de ella. Primero en traje de baño, luego en ropa interior y por ultimo totalmente desnuda. Un espectáculo de mujer por así decirlo. El único detalle que se pudiera mencionar era que estaba casada y, para completar, con un militar.
Aun así y por los cuentos que echaba el enano, la tipa no se andaba con vainas a la hora de tener sexo. Mamaba, se meneaba muy bien y se lo dejaba meter por el culo si el enano se lo pedía. Incluso hasta footjob (tenia los pies hermosos).
Obvio que le mencionamos lo peligroso de la situación. Y tal cual se lo advertimos, el esposo comenzó a sospechar y un día por poco lo pillan. El enano saltó por la parte de atrás de la casa, cayó en una quebrada y salió disparado a buscar su carro que lo había estacionado a un par de cuadras. Para el enano esa situación, lejos de asustarlo, le hizo creer que se las sabia todas mas una. Algo así como el invencible e inatrapable. Ni el ni la señora se dejaron, mas bien se empezaron a ver mas seguido.
Una tarde de jueves, el enano recibió el mensaje habitual de su amante asegurándole que no había moros en la costa y que estaba lista para la faena. Como siempre, estacionó el carro a un par de cuadras y se dirigió caminando a la casa de su amada. Comenzaron los besos, abrazos y la metedera de mano de rigor. Ya con los pantalones abajo, el enano escuchó que alguien intentaba abrir la puerta de la casa. Como la vez anterior, saltó por la pared posterior y de ahí a buscar el carro. Pero esta vez la cosa fue diferente. El esposo había pillado el modus openrandi del enano y el también salió corriendo, pero no tras el, si no en dirección a donde estaba estacionado el carro del enano, que ya lo tenia precisado.
El enano logró llegar primero y encendió el carro, pero se tardó cerrándose el pantalón que aun llevaba abierto. Antes de arrancar, un disparo entró por el lado derecho del parabrisas, enterrándose en el lado derecho de su pecho. Estaba vivo aún, logró tomar el teléfono y llamar al primer numero que consiguió, su hermana. Como pudo, le pidió disculpas y que le cuidara a sus muchachos. Ahí quedo el enano, dentro de su carro, sentado y con el pantalón aun abierto.
No voy a negar que, aunque sabíamos que algo así podía sucederle, la noticia nos afectó que jode. No se quienes lloramos mas en la funeraria y el cementerio, si la familia o los panas.
Al parecer, la mujer al verse descubierta por su marido, cantó todo y le dijo con detalles como hacían para verse. Según el marido fue el que la la “obligó” a contactar al enano y ésta ya le había indicado donde paraba el carro, el color y la placa. El tipo ni ella nunca fueron presos. El tipo se valió de su rango y la movió. Cuando la familia preguntaba sobre el caso, le decían que eso pertenecía a los tribunales militares, que preguntara allá. Nunca hubo respuestas.
¿Porque todo tiene que tener un porque?