Historias de aquí y allá (Parte 5) - DE LA TERCERA BASE A LA FRIENDZONE

#1
Aló, buenos días! Se escuchó en el teléfono… ¿Soporte técnico? Si, a la orden, le contesté. ¿Serian tan amables de venir a contabilidad? Es para ver si pueden orientarme, me dijo. Claro, le contesté, en lo que me desocupe, paso por allá. En realidad no estaba haciendo un coño, pero como los pagos siempre se retrasaban por culpa de ese departamento, uno le tenia cierta idea.

Deje pasar mas de media hora y fui hasta allá. La secretaria de la división de administración, una señora bastante retrechera, me dijo que la “nueva” necesitaba de mi ayuda, que pasara de largo a contabilidad. Me sorprendió ver que ese departamento estaba full de mujeres jóvenes y bonitas. Me acerqué a una que me había regalado una sonrisa y le pregunté si sabia quien llamó a soporte técnico. Fui yo, me dijo. Hola, mucho gusto, Mileidis. De pana y todo que Eso estaba realmente tiernito: trigueñita, cabello negro con rulos, cargaba dos ganchitos que la hacían ver mas carajita. Un lindo culo y dos buenas tetas. Cuando se dio vuelta para buscarme una silla, pude bucearla mejor, pero fui demasiado indiscreto y ella se dio cuenta. Supongo que me puse super rojo y se me notó la vaina. Ella se dio cuenta de mi reacción y me dijo: no le pares, estoy acostumbrada!

Total que una vez pasada la pena, la asesoré lo mas profesionalmente que pude (es lo menos que podía hacer después de semejante vergüenza) y me disponía a irme cuando me dice: ¿Me das tu numero? Es que me da fastidio tener que llamar a la central para que me pasen tu extensión, así es mas rápido e incluso podemos hablar “paja”. ¿Así sin anestesia? Le dije. Pensé que primero era un café, luego una agarradita de manos, un besito y luego se intercambiaban números. Ella soltó una carcajada y me dijo: Si eres bobo! Anda, dictamelo para marcarte y así tengas el mio también. Y así fue, cada vez que necesitaba de mis servicios, me mandaba un mensaje o me llamaba.

Un buen día me dijo que si podía ir a mi oficina para que la ayudara con algo que no quería que los demás se enteraran. Si claro, le dije, no hay problema. Llegó al rato y venia con una cámara y un cable USB. Quiero sacar unas fotos de aquí y enviárselas a varias personas, me dijo. Conecté, encendí la cámara, copié la carpeta completa y la bajé a mi equipo. Ok, a quien se las vamos a enviar? Le dije. Espera, no quiero enviarlas todas, quiero escogerlas primero, me contestó. Ok, respondí, no hay problema. Si quieres siéntate en mi equipo, escógelas, las metes en una carpeta y luego las enviamos. Ay no vale, me contestó, hazme esa segunda, yo te voy diciendo.

Abrí la carpeta y aparecieron una serie de fotos tomadas en una piscinada. Estaba ella y varias compañeras de su oficina. Al menos dos de ellas estaban muy chéveres, incluyéndola. Otras se les podía jugar su quintico y las demás, paso y gano. Ella, sin yo pedírselo, me fue describiendo cada una de las fotos. Esta es fulana junto al esposo. Este es el primo de esta otra pero creo que se acuestan. Esta parece un firifirito pero tiene mas cuentos que quien sabe. A esta la dejo el marido, etc.

Ella, aparecía que un tipo bastante mayor que ella. En unas abrazados, en otras ella guindada de el como un koala. Tu pareja, supongo, le dije. No vale, me contestó, ese es un amigo de mi casa. Que amistad tan bonita, le respondí. ¿Porque? Me contestó. O sea, le dije, se veían muy acaramelados. Bueno, me dijo, obvio que a veces me invita a salir, pero mi tía no sabe nada. ¿Y eso? Le dije. Me comentó que su tía era muy enrrollada. Que el visitaba la casa desde hace muchos años y que si se enteraba era capaz hasta de botarla de la casa. Calculé que el tipo le estaba montando cacería desde que estaba muy chamita. Total que, aprovechando la confianza, empecé a alabar lo bella que se veía en las fotos. Que se veía super chévere y que tenia un color de piel arrechísimo, vaina que no era mentira. Ay no, me dijo. Ese día sentía que me veía gorda. Para nada, le contesté. Te aseguro que el pana opina igual que yo. Ahh bueno, me dijo, ese estaba como loco. Ese día hizo todo lo que le pedí. Me fue a buscar, me llevo a comprar las cosas para la fiesta, fuimos a buscar a algunas de las muchachas, las fuimos a llevar. Muy pana el tipo, le dije. De verdad que impresiona saber de gente tan desinteresada que hace ese tipo de favores a estas alturas de la vida (quería ver que respondía). Bueno, me contestó, tu sabes como es todo, dando y dando.

Ese día supe mas de lo que hubiera imaginado sobre ella y las otras mujeres con las que trabajaba. Mileidis era madre soltera y graduada universitaria. Vivía en un barrio cercano al centro de la ciudad junto a su tía, porque la mamá la había botado de la casa cuando salió embarazada. Era muy mente abierta y tenia una escandalosa sinceridad para hablar de sus cosas privadas y la de los demás. Le pregunté si no le daba vaina contarme ciertas cosas personales, conociéndome tan poco y me dijo: No vale, tu eres pana! De verdad que contrastaba mucho su lenguaje con su titulo universitario. No es que hablara feo. Pero una vez que agarraba confianza, hablaba con uno como si fuera su confidente de años. Son ese tipo de mujeres tan desenrolladas que asustan.

A partir de ahí, cada vez que teníamos tiempo libre, ella iba para mi oficina o yo iba a la de ella. Hablábamos paja y tomábamos café. Eso sí, ella era muy dada a hablar de temas sexuales muy abiertamente. Quizás demasiado. Una vez llegué a su oficina y estaba diciendo a otras compañeras que una vez, le estaba haciendo el sexo oral a un tipo y le dijo que le avisara cuando iba a acabar, pero en una de esas que se lo sacó, le echó el gran chorro y le cayó en el ojo. Eso la había hecho molestar porque para ese momento ella usaba lentes de contacto. Las otras carajas se hicieron las locas cuando me vieron y siguieron en lo suyo.

De pana que yo me la quería coger. Esa mujer provocaba que jode. Pero entre tanto cuento que echaba, la vaina daba cague porque obvio que era full pa lante y me parecía que le podía pegar a uno una vaina. Adicional, que ella dijo mas de una vez que tenia un par de “culitos” por donde vivía y de ese barrio se podía esperar cualquier cosa.

Un día en mi oficina, estando solos, se quito las sandalias porque le apretaban. ¿No te da asco verdad? Me dijo. Para nada, le contesté. ¿Porque habría de darme asco? ¿Huelen mal acaso? A lo que ella subió los pies y casi me los puso en la cara y me dijo: Yo creo que no, huele a ver! Si eres loquita, le dije. Ahh pues, me dijo. He estado con carajos que les da asco toda vaina. Por ejemplo, una vez estuve con un tipo que no quiso que lo besara después de hacerle sexo oral. Debe ser medio maricon, le dije. Eso si, me contestó, a mi no me gusta me me besen después de que me laman el culo, eso si me da asco. Ante semejante confesión con tan hermosas palabras, solo se me ocurrió decir: Coño pero si te lo lamen, después de ahí lo que viene es sexo anal, no hay de otra. Si claro, me dijo, yo no tengo problema con eso, incluso pueden acabarme por ahí.

Para ese momento me dije: Nojoda, que barrio un coño ni que enfermedad un carajo. Condón y un hotel bien lejos. Pero de que me la cojo, me la cojo.

Debe ser interesante estar contigo en un hotel, le dije. Se nota que te gusta disfrutar mucho y no le dices que no a nada. Nahh, me dijo, tu me tienes miedo! Verga! Le contesté. ¿Tanto se me nota? Pues si, me dijo, te pones rojo cuando empiezo a hablarte de sexo. Y a mi me encanta ponerte así. A lo que ella agarró y se me sentó en las piernas. No le hice nada porque sabía que era joda. Al ratico se paró y con una sonrisa media burlona me dijo: ¿ves? Hubiera sido otro y no me pela. La próxima vez, no respondo, le dije. Lo llego a hacer un par de veces mas en posteriores visitas, pero yo solo estaba esperando el momento. Para esa época, en la oficina trabajábamos tres personas. Por la naturaleza de nuestro trabajo, debíamos ausentarnos constantemente. Así que era difícil que se dieran las condiciones. Mas ese día llego mas rápido de lo que pensaba.

Los otros dos empleados fueron llamados a la otra sede para apoyar en un problema grande que ocurrió allá. Ese día, a media mañana, Mileidis tocó la puerta y la hice pasar. En seguida me dijo: ¿Estamos solos? Si corazón, le dije. ¿Entonces te puedo hacer maldades cierto? Me contestó. Ya vas a empezar tu con tus vergas Mileidis. Y me senté en mi silla. Cuando hablé de que se dieran las condiciones, no solo se trataba de que estuviéramos solos. También yo esperaba de que ella trajera puesto algo mas cómodo. Y así fue. Ese día ella cargaba unos leggins que hacían que se menearan sus hermosas nalgas de aquí para allá cuando caminaba. Para completar, una blusa algo holgada semi transparente que dejaban ver sus sostenes negros. Cuando me senté, ella llegó con su sonrisa sádica, abrió las piernas y se sentó en mis piernas en frente a mi. ¿Y ahora? Me dijo. ¿Que vas a hacer? Ahí si no me caí a coba. Metí mis manos por su blusa, baje por su espalda y metí las manos dentro de los leggins y le agarré sus suaves nalgas. Ay Dios, me dijo. Ay nada, le contesté, ahora no te suelto. Yo empecé a besarle las tetas por encima de la blusa. Ella me agarró la cara y me dijo: Papi aquí no vale, nos podemos meter en un peo! Aquí si, le dije. Y le metí una mano dentro del sostén, se lo subí y comencé a mamarle las tetas. Ella como pudo se paró y se medio acomodó. Yo la traje hacia mi nuevamente y le bajé los leggins. Cargaba unas pantaletas rosadas que no estaban mal. Le di media vuelta y comencé a besarle las nalgas. Se volvió a separar de mi, se subió el leggins y me dijo: Aquí no papi, en serio. Ok, le dije, esta bien. Me paré la ayude a acomodarse y le dije: ¿Te puedo besar al menos? Esta bien, me dijo. Y comenzamos a besarnos. Yo la tenia arrecostada de la pared y comencé a agarrale las nalgas. Luego metí mi mano dentro del leggins y la pantaleta, buscándole la cuca. Ella, como quien no quiere la cosa, abrió un poco las piernas para facilitarme la vaina. Le sentí los labios, el clítoris y una humedad que me moría de ganas por chuparme. Hasta que ella me dijo: Para, para por favor. Me separé de ella porque de pana que sentí como si la estuviera violando. Ella se acomodó y se dirigió a la puerta. Chao, me dijo, y se fue.

No estaba seguro si la había cagado o la próxima era cuadrar para ir a un hotel. Pero de pana, no me arrepentí. Tenia las nalgas super suaves. Su color de piel me mataba. Era todo parejito. A pesar de tener una hija, no tenia marcas de ningún tipo. Y la cuca, uff. Estaba toda depilada y estaba suavecita. Las tetas las tenia algo caídas, pero nada del otro mundo.

Pasaron tres días y no supe mas de Mileidis. Ella fue la que me mandó un mensaje preguntándome porque no la había ido a visitar mas. Le contesté que de igual forma, si yo no iba, ella podía ir a verme. Su respuesta fue algo como: No, que va! Si me descuido me cojes en tu oficina! Yo soy puta, pero no tanto! Esa es la idea, le dije. La fui a visitar al día siguiente y todo normal. Excepto por las miradas de sus compañeras quienes obviamente sabían algo. A partir de ahí la cosas se enfriaron un poco. Hasta que un día la precise y la invité a almorzar para hablar con ella.

A un hombre no se le deja con guevo parado, le dije. Menos después de que lo has estado incitando de esa manera. Lo se, mi amor, me dijo. Pero me dio vaina. Tu no eres como los otros hombres con quien yo he estado. Tu no mereces estar con una mujer como yo. Yo soy muy puta. Que cagada! Pensé. Verga, le dije, si no querías nada, no hubieras empezado con las mariqueras. Lo sé cielo, me dijo. Disculpame, solo quería joderte la paciencia. No pensé que las cosas se fueran a poner así. De pana que la vaina me cayó de la patada. Si vuelves a mi oficina y empiezas con tus vergas te juro que te cojo! Le contesté. Esta bien, me dijo. Eso si, le aclaré que, a pesar de todo, me gustaría seguir viéndola así sea solo para hablar paja. Pero, las cosas después de eso no fueron igual. De ves en cuando ella iba a la oficina, pero a cosas muy puntuales. Si veía que no había nadie mas, se iba enseguida. Con el tiempo se empató con un carajo de su barrio que tenia un negocio que le iba bastante bien. El tipo la preño y tuvieron un varón. Ella, hasta donde sé, aun trabaja en la empresa. Y yo pues, me quedé con las ganas.
¿Porque todo tiene que tener un porque? Confused
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#2
mi pana ud siempre con sus buenas historias,,,, lo felicito su manera de redactar hace que uno no le de ladilla leer asi se bien extenso el cuento
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#3
Verga si, @TheCastAway puede escribir una biblia con este estilo y yo la leeré en un dia.
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#4
Mi pana seguro la chama hizo una apuesta con las chamas con que trabajaba, en que te hacia perder los estribos con ella. Por que seguro tenias imagen en tu oficina de tipo serio jejeje.
                                         
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#5
Shocked 
Estima forista naufrago o "CastAway"

Unos apuntes, cuando la femina en cuestion dice : 
Cita: Bueno, me contestó, tu sabes como es todo, dando y dando.

Ella se dio cuenta de mi reacción y me dijo: no le pares, estoy acostumbrada!

Le dije. Pensé que primero era un café, luego una agarradita de manos, un besito y luego se intercambiaban números. Ella soltó una carcajada y me dijo: Si eres bobo! 

 ese es un amigo de mi casa. 

conociéndome tan poco y me dijo: No vale, tu eres pana!

tipo de mujeres tan desenrolladas que asustan   [Imagen: shocked.png]

pero en una de esas que se lo sacó, le echó el gran chorro y le cayó en el ojo. Eso la había hecho molestar porque para ese momento ella usaba lentes de contacto.

XD

Esa mujer provocaba que jode. Pero entre tanto cuento que echaba, la vaina daba cague porque obvio que era full pa lante y me parecía que le podía pegar a uno una vaina       JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ a todo el mundo le ha pasado

Yo creo que no, huele a ver!

incluso pueden acabarme por ahí.

tu me tienes miedo!

Yo soy puta, pero no tanto!   




YO LE TENGO MIEDO !!!! ESA NO ES MAS LOBA POR QUE NO HAY DOS LUNAS !!!
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#6
(16/11/2019, 2:22:39 PM)Pzykophat escribió: Verga si, @TheCastAway puede escribir una biblia con este estilo y yo la leeré en un dia.

Leer la biblia con una ereccion no es religiosamente aceptado
[Imagen: Imagen3.jpg]
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#7
(17/11/2019, 12:27:41 PM)Poved13 escribió: Leer la biblia con una ereccion no es religiosamente aceptado

La luterana si. Que biblia has leído tu bro? Porque creo que hablamos de libros diferentes. jejeje
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#8
Csm jajajaja cuando leo los cuentos de este pana me inspira a redactar algunos. Con este da es bronca ajena jeje a esa habia que reventarla en la oficina, me paso algo muy similar. Excelente historia y redacción bro.
Responder
#9
(16/11/2019, 8:35:19 AM)TheCastAway escribió: Aló, buenos días! Se escuchó en el teléfono… ¿Soporte técnico? Si, a la orden, le contesté. ¿Serian tan amables de venir a contabilidad? Es para ver si pueden orientarme, me dijo. Claro, le contesté, en lo que me desocupe, paso por allá. En realidad no estaba haciendo un coño, pero como los pagos siempre se retrasaban por culpa de ese departamento, uno le tenia cierta idea.

Deje pasar mas de media hora y fui hasta allá. La secretaria de la división de administración, una señora bastante retrechera, me dijo que la “nueva” necesitaba de mi ayuda, que pasara de largo a contabilidad. Me sorprendió ver que ese departamento estaba full de mujeres jóvenes y bonitas. Me acerqué a una que me había regalado una sonrisa y le pregunté si sabia quien llamó a soporte técnico. Fui yo, me dijo. Hola, mucho gusto, Mileidis. De pana y todo que Eso estaba realmente tiernito: trigueñita, cabello negro con rulos, cargaba dos ganchitos que la hacían ver mas carajita. Un lindo culo y dos buenas tetas. Cuando se dio vuelta para buscarme una silla, pude bucearla mejor, pero fui demasiado indiscreto y ella se dio cuenta. Supongo que me puse super rojo y se me notó la vaina. Ella se dio cuenta de mi reacción y me dijo: no le pares, estoy acostumbrada!

Total que una vez pasada la pena, la asesoré lo mas profesionalmente que pude (es lo menos que podía hacer después de semejante vergüenza) y me disponía a irme cuando me dice: ¿Me das tu numero? Es que me da fastidio tener que llamar a la central para que me pasen tu extensión, así es mas rápido e incluso podemos hablar “paja”. ¿Así sin anestesia? Le dije. Pensé que primero era un café, luego una agarradita de manos, un besito y luego se intercambiaban números. Ella soltó una carcajada y me dijo: Si eres bobo! Anda, dictamelo para marcarte y así tengas el mio también. Y así fue, cada vez que necesitaba de mis servicios, me mandaba un mensaje o me llamaba.

Un buen día me dijo que si podía ir a mi oficina para que la ayudara con algo que no quería que los demás se enteraran. Si claro, le dije, no hay problema. Llegó al rato y venia con una cámara y un cable USB. Quiero sacar unas fotos de aquí y enviárselas a varias personas, me dijo. Conecté, encendí la cámara, copié la carpeta completa y la bajé a mi equipo. Ok, a quien se las vamos a enviar? Le dije. Espera, no quiero enviarlas todas, quiero escogerlas primero, me contestó. Ok, respondí, no hay problema. Si quieres siéntate en mi equipo, escógelas, las metes en una carpeta y luego las enviamos. Ay no vale, me contestó, hazme esa segunda, yo te voy diciendo.

Abrí la carpeta y aparecieron una serie de fotos tomadas en una piscinada. Estaba ella y varias compañeras de su oficina. Al menos dos de ellas estaban muy chéveres, incluyéndola. Otras se les podía jugar su quintico y las demás, paso y gano. Ella, sin yo pedírselo, me fue describiendo cada una de las fotos. Esta es fulana junto al esposo. Este es el primo de esta otra pero creo que se acuestan. Esta parece un firifirito pero tiene mas cuentos que quien sabe. A esta la dejo el marido, etc.

Ella, aparecía que un tipo bastante mayor que ella. En unas abrazados, en otras ella guindada de el como un koala. Tu pareja, supongo, le dije. No vale, me contestó, ese es un amigo de mi casa. Que amistad tan bonita, le respondí. ¿Porque? Me contestó. O sea, le dije, se veían muy acaramelados. Bueno, me dijo, obvio que a veces me invita a salir, pero mi tía no sabe nada. ¿Y eso? Le dije. Me comentó que su tía era muy enrrollada. Que el visitaba la casa desde hace muchos años y que si se enteraba era capaz hasta de botarla de la casa. Calculé que el tipo le estaba montando cacería desde que estaba muy chamita. Total que, aprovechando la confianza, empecé a alabar lo bella que se veía en las fotos. Que se veía super chévere y que tenia un color de piel arrechísimo, vaina que no era mentira. Ay no, me dijo. Ese día sentía que me veía gorda. Para nada, le contesté. Te aseguro que el pana opina igual que yo. Ahh bueno, me dijo, ese estaba como loco. Ese día hizo todo lo que le pedí. Me fue a buscar, me llevo a comprar las cosas para la fiesta, fuimos a buscar a algunas de las muchachas, las fuimos a llevar. Muy pana el tipo, le dije. De verdad que impresiona saber de gente tan desinteresada que hace ese tipo de favores a estas alturas de la vida (quería ver que respondía). Bueno, me contestó, tu sabes como es todo, dando y dando.

Ese día supe mas de lo que hubiera imaginado sobre ella y las otras mujeres con las que trabajaba. Mileidis era madre soltera y graduada universitaria. Vivía en un barrio cercano al centro de la ciudad junto a su tía, porque la mamá la había botado de la casa cuando salió embarazada. Era muy mente abierta y tenia una escandalosa sinceridad para hablar de sus cosas privadas y la de los demás. Le pregunté si no le daba vaina contarme ciertas cosas personales, conociéndome tan poco y me dijo: No vale, tu eres pana! De verdad que contrastaba mucho su lenguaje con su titulo universitario. No es que hablara feo. Pero una vez que agarraba confianza, hablaba con uno como si fuera su confidente de años. Son ese tipo de mujeres tan desenrolladas que asustan.

A partir de ahí, cada vez que teníamos tiempo libre, ella iba para mi oficina o yo iba a la de ella. Hablábamos paja y tomábamos café. Eso sí, ella era muy dada a hablar de temas sexuales muy abiertamente. Quizás demasiado. Una vez llegué a su oficina y estaba diciendo a otras compañeras que una vez, le estaba haciendo el sexo oral a un tipo y le dijo que le avisara cuando iba a acabar, pero en una de esas que se lo sacó, le echó el gran chorro y le cayó en el ojo. Eso la había hecho molestar porque para ese momento ella usaba lentes de contacto. Las otras carajas se hicieron las locas cuando me vieron y siguieron en lo suyo.

De pana que yo me la quería coger. Esa mujer provocaba que jode. Pero entre tanto cuento que echaba, la vaina daba cague porque obvio que era full pa lante y me parecía que le podía pegar a uno una vaina. Adicional, que ella dijo mas de una vez que tenia un par de “culitos” por donde vivía y de ese barrio se podía esperar cualquier cosa.

Un día en mi oficina, estando solos, se quito las sandalias porque le apretaban. ¿No te da asco verdad? Me dijo. Para nada, le contesté. ¿Porque habría de darme asco? ¿Huelen mal acaso? A lo que ella subió los pies y casi me los puso en la cara y me dijo: Yo creo que no, huele a ver! Si eres loquita, le dije. Ahh pues, me dijo. He estado con carajos que les da asco toda vaina. Por ejemplo, una vez estuve con un tipo que no quiso que lo besara después de hacerle sexo oral. Debe ser medio maricon, le dije. Eso si, me contestó, a mi no me gusta me me besen después de que me laman el culo, eso si me da asco. Ante semejante confesión con tan hermosas palabras, solo se me ocurrió decir: Coño pero si te lo lamen, después de ahí lo que viene es sexo anal, no hay de otra. Si claro, me dijo, yo no tengo problema con eso, incluso pueden acabarme por ahí.

Para ese momento me dije: Nojoda, que barrio un coño ni que enfermedad un carajo. Condón y un hotel bien lejos. Pero de que me la cojo, me la cojo.

Debe ser interesante estar contigo en un hotel, le dije. Se nota que te gusta disfrutar mucho y no le dices que no a nada. Nahh, me dijo, tu me tienes miedo! Verga! Le contesté. ¿Tanto se me nota? Pues si, me dijo, te pones rojo cuando empiezo a hablarte de sexo. Y a mi me encanta ponerte así. A lo que ella agarró y se me sentó en las piernas. No le hice nada porque sabía que era joda. Al ratico se paró y con una sonrisa media burlona me dijo: ¿ves? Hubiera sido otro y no me pela. La próxima vez, no respondo, le dije. Lo llego a hacer un par de veces mas en posteriores visitas, pero yo solo estaba esperando el momento. Para esa época, en la oficina trabajábamos tres personas. Por la naturaleza de nuestro trabajo, debíamos ausentarnos constantemente. Así que era difícil que se dieran las condiciones. Mas ese día llego mas rápido de lo que pensaba.

Los otros dos empleados fueron llamados a la otra sede para apoyar en un problema grande que ocurrió allá. Ese día, a media mañana, Mileidis tocó la puerta y la hice pasar. En seguida me dijo: ¿Estamos solos? Si corazón, le dije. ¿Entonces te puedo hacer maldades cierto? Me contestó. Ya vas a empezar tu con tus vergas Mileidis. Y me senté en mi silla. Cuando hablé de que se dieran las condiciones, no solo se trataba de que estuviéramos solos. También yo esperaba de que ella trajera puesto algo mas cómodo. Y así fue. Ese día ella cargaba unos leggins que hacían que se menearan sus hermosas nalgas de aquí para allá cuando caminaba. Para completar, una blusa algo holgada semi transparente que dejaban ver sus sostenes negros. Cuando me senté, ella llegó con su sonrisa sádica, abrió las piernas y se sentó en mis piernas en frente a mi. ¿Y ahora? Me dijo. ¿Que vas a hacer? Ahí si no me caí a coba. Metí mis manos por su blusa, baje por su espalda y metí las manos dentro de los leggins y le agarré sus suaves nalgas. Ay Dios, me dijo. Ay nada, le contesté, ahora no te suelto. Yo empecé a besarle las tetas por encima de la blusa. Ella me agarró la cara y me dijo: Papi aquí no vale, nos podemos meter en un peo! Aquí si, le dije. Y le metí una mano dentro del sostén, se lo subí y comencé a mamarle las tetas. Ella como pudo se paró y se medio acomodó. Yo la traje hacia mi nuevamente y le bajé los leggins. Cargaba unas pantaletas rosadas que no estaban mal. Le di media vuelta y comencé a besarle las nalgas. Se volvió a separar de mi, se subió el leggins y me dijo: Aquí no papi, en serio. Ok, le dije, esta bien. Me paré la ayude a acomodarse y le dije: ¿Te puedo besar al menos? Esta bien, me dijo. Y comenzamos a besarnos. Yo la tenia arrecostada de la pared y comencé a agarrale las nalgas. Luego metí mi mano dentro del leggins y la pantaleta, buscándole la cuca. Ella, como quien no quiere la cosa, abrió un poco las piernas para facilitarme la vaina. Le sentí los labios, el clítoris y una humedad que me moría de ganas por chuparme. Hasta que ella me dijo: Para, para por favor. Me separé de ella porque de pana que sentí como si la estuviera violando. Ella se acomodó y se dirigió a la puerta. Chao, me dijo, y se fue.

No estaba seguro si la había cagado o la próxima era cuadrar para ir a un hotel. Pero de pana, no me arrepentí. Tenia las nalgas super suaves. Su color de piel me mataba. Era todo parejito. A pesar de tener una hija, no tenia marcas de ningún tipo. Y la cuca, uff. Estaba toda depilada y estaba suavecita. Las tetas las tenia algo caídas, pero nada del otro mundo.

Pasaron tres días y no supe mas de Mileidis. Ella fue la que me mandó un mensaje preguntándome porque no la había ido a visitar mas. Le contesté que de igual forma, si yo no iba, ella podía ir a verme. Su respuesta fue algo como: No, que va! Si me descuido me cojes en tu oficina! Yo soy puta, pero no tanto! Esa es la idea, le dije. La fui a visitar al día siguiente y todo normal. Excepto por las miradas de sus compañeras quienes obviamente sabían algo. A partir de ahí la cosas se enfriaron un poco. Hasta que un día la precise y la invité a almorzar para hablar con ella.

A un hombre no se le deja con guevo parado, le dije. Menos después de que lo has estado incitando de esa manera. Lo se, mi amor, me dijo. Pero me dio vaina. Tu no eres como los otros hombres con quien yo he estado. Tu no mereces estar con una mujer como yo. Yo soy muy puta. Que cagada! Pensé. Verga, le dije, si no querías nada, no hubieras empezado con las mariqueras. Lo sé cielo, me dijo. Disculpame, solo quería joderte la paciencia. No pensé que las cosas se fueran a poner así. De pana que la vaina me cayó de la patada. Si vuelves a mi oficina y empiezas con tus vergas te juro que te cojo! Le contesté. Esta bien, me dijo. Eso si, le aclaré que, a pesar de todo, me gustaría seguir viéndola así sea solo para hablar paja. Pero, las cosas después de eso no fueron igual. De ves en cuando ella iba a la oficina, pero a cosas muy puntuales. Si veía que no había nadie mas, se iba enseguida. Con el tiempo se empató con un carajo de su barrio que tenia un negocio que le iba bastante bien. El tipo la preño y tuvieron un varón. Ella, hasta donde sé, aun trabaja en la empresa. Y yo pues, me quedé con las ganas.

Recontra mega super ultra turbo FUCK

q bolas esa tipa, el CDSM... jajaja

por otro lado tal vez te salvaste de algun Mega peo en el futuro?
Responder


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