4/10/2019, 4:04:24 PM
Buenas tardes amigos del foro, hoy vengo a compartirles uno de los episodios que marcó una época, en mi opinión dorada del beisbol, y espero que la mayoría haya tenido la oportunidad de verla y vivirla.
Muy poco se habla hoy en día de Mark McGwire y de Sammy Sosa, más que lo negativo por estar vinculados a temas de dopaje, sin embargo, los que hemos visto béisbol en los últimos 30 años (1988 – 2018) debemos dar cuenta de un hecho sin precedentes en la historia de este juego, que tras la huelga de MLB en 1994, llevar fanáticos a los estadios era casi una proeza, y estos dos caballos del béisbol se encargaron de ello, a través del poder de los Home Runs, en lo que ha sido una de las rivalidades (si podemos llamarlo de alguna manera), más seguidas por los medios de comunicación y fanáticos en general, en la historia de este deporte.
Para nadie que ame este deporte es sorpresa, que los Home Runs es uno de los momentos más emocionantes del juego, tanto para el público como para el propio jugador, científicamente se ha demostrado que a nivel de deporte individual, una de las cosas más difíciles de hacer es conectar una pelota de 9 pulgadas de circunferencia, a una velocidad sobre las 90 millas por hora con un bate de 2 5/8 de pulgadas de diámetro, a una distancia de 60.6 pies entre la tabla de lanzar y el home plate y que ese impacto sea preciso y con la fuerza suficiente para cruzar la cerca a más de 320 pies de distancia luego de ser conectada.
Eso fue precisamente lo que hicieron McGwire y Sosa durante la temporada de 1998, en la que no solo conectaron 70 y 66 Home Runs respectivamente, sino, que cada uno viajaba más lejos que el otro, (cosa que no pude ser medida como lo hace hoy el StatCast, que apenas se empezó a utilizar en el 2015) y la explosión de los fanáticos en los estadios iba creciendo más y más cada día, al punto que los estadios solo se llenaban para verlos dar de cuadrangular en cada turno al bate.
Otros que ayudaron en esta causa de llenar los estadios para ir a ver Home Runs en el año 98, fueron: Ken Griffey Jr. (56), Greg Vaughn (50), Albert Belle (49), José Canseco (46), Viny Castilla (46), Juan “Igor” González (45), Manny Ramírez (45), Andrés “el gato” Galarraga (44), Rafael Palmeiro (43), Alex “A-Rod” Rodríguez (42) y Mo Vaughn (40). Teniendo así el año 1998, 13 jugadores con 40 o más cuadrangulares en la temporada.
No conformes con el espectáculo que habían brindado en 1998, el año 1999 siguió la batalla con otros 65 para Mark y 63 para Sammy. El Quisquellano, no dio tregua en los años siguientes ya que en el año 2000 completó los 50 Home Runs y para el año 2001, se libró otra cruenta batalla de poder, con nada más y nada menos que Barry Bonds quien conectó 73 cuadrangulares contra 64 de Sosa en ese año, lo que convertía al Dominicano en el primer jugador en la historia en conectar 60 o más cuadrangulares en 3 o más temporadas.
Si bien es cierto, los casos en los que son mencionados de dopaje tanto el nacido en Pomona California, Mark McGwire, como el de San Pedro de Macoris, Sammy Sosa y otros tantos más que han sido señalados, creo que la historia ha sido injusta con ellos, en los momentos en que el béisbol y la MLB necesitaban recuperar el terreno perdido en cuanto a público en los estadios, estos señores lograron atraer como abejas al panal, a un sin número de fanáticos, que aunque no supieran de béisbol, iban a ver un espectáculo de cuantos Home Runs podían pegar en un partido, o que tan lejos iba a viajar la pelota con los contactos poderosos de estos monstruos del béisbol.
No cabe la menor duda que fue una gran rivalidad, ver quien conectaba más cuadrangulares en esa temporada del 98, sin embargo, los gestos de caballerosidad y admiración entre estos dos grandes sluggers, fue otra cosa que acaparó las miradas de todos, siempre que se enfrentaron los Cubs vs Cardinals (ambos de la división central de la Liga Nacional), eran los momentos donde hacían alarde de la misma.
Es una lastima que ésta época esté marcada con un asterisco por casos de dopaje, no puedo negar los buenos tiempos que representaron para el deporte.
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Espero que la hayan disfrutado amigos.
Muy poco se habla hoy en día de Mark McGwire y de Sammy Sosa, más que lo negativo por estar vinculados a temas de dopaje, sin embargo, los que hemos visto béisbol en los últimos 30 años (1988 – 2018) debemos dar cuenta de un hecho sin precedentes en la historia de este juego, que tras la huelga de MLB en 1994, llevar fanáticos a los estadios era casi una proeza, y estos dos caballos del béisbol se encargaron de ello, a través del poder de los Home Runs, en lo que ha sido una de las rivalidades (si podemos llamarlo de alguna manera), más seguidas por los medios de comunicación y fanáticos en general, en la historia de este deporte.
Para nadie que ame este deporte es sorpresa, que los Home Runs es uno de los momentos más emocionantes del juego, tanto para el público como para el propio jugador, científicamente se ha demostrado que a nivel de deporte individual, una de las cosas más difíciles de hacer es conectar una pelota de 9 pulgadas de circunferencia, a una velocidad sobre las 90 millas por hora con un bate de 2 5/8 de pulgadas de diámetro, a una distancia de 60.6 pies entre la tabla de lanzar y el home plate y que ese impacto sea preciso y con la fuerza suficiente para cruzar la cerca a más de 320 pies de distancia luego de ser conectada.
Eso fue precisamente lo que hicieron McGwire y Sosa durante la temporada de 1998, en la que no solo conectaron 70 y 66 Home Runs respectivamente, sino, que cada uno viajaba más lejos que el otro, (cosa que no pude ser medida como lo hace hoy el StatCast, que apenas se empezó a utilizar en el 2015) y la explosión de los fanáticos en los estadios iba creciendo más y más cada día, al punto que los estadios solo se llenaban para verlos dar de cuadrangular en cada turno al bate.
Otros que ayudaron en esta causa de llenar los estadios para ir a ver Home Runs en el año 98, fueron: Ken Griffey Jr. (56), Greg Vaughn (50), Albert Belle (49), José Canseco (46), Viny Castilla (46), Juan “Igor” González (45), Manny Ramírez (45), Andrés “el gato” Galarraga (44), Rafael Palmeiro (43), Alex “A-Rod” Rodríguez (42) y Mo Vaughn (40). Teniendo así el año 1998, 13 jugadores con 40 o más cuadrangulares en la temporada.
No conformes con el espectáculo que habían brindado en 1998, el año 1999 siguió la batalla con otros 65 para Mark y 63 para Sammy. El Quisquellano, no dio tregua en los años siguientes ya que en el año 2000 completó los 50 Home Runs y para el año 2001, se libró otra cruenta batalla de poder, con nada más y nada menos que Barry Bonds quien conectó 73 cuadrangulares contra 64 de Sosa en ese año, lo que convertía al Dominicano en el primer jugador en la historia en conectar 60 o más cuadrangulares en 3 o más temporadas.
Si bien es cierto, los casos en los que son mencionados de dopaje tanto el nacido en Pomona California, Mark McGwire, como el de San Pedro de Macoris, Sammy Sosa y otros tantos más que han sido señalados, creo que la historia ha sido injusta con ellos, en los momentos en que el béisbol y la MLB necesitaban recuperar el terreno perdido en cuanto a público en los estadios, estos señores lograron atraer como abejas al panal, a un sin número de fanáticos, que aunque no supieran de béisbol, iban a ver un espectáculo de cuantos Home Runs podían pegar en un partido, o que tan lejos iba a viajar la pelota con los contactos poderosos de estos monstruos del béisbol.
No cabe la menor duda que fue una gran rivalidad, ver quien conectaba más cuadrangulares en esa temporada del 98, sin embargo, los gestos de caballerosidad y admiración entre estos dos grandes sluggers, fue otra cosa que acaparó las miradas de todos, siempre que se enfrentaron los Cubs vs Cardinals (ambos de la división central de la Liga Nacional), eran los momentos donde hacían alarde de la misma.
Es una lastima que ésta época esté marcada con un asterisco por casos de dopaje, no puedo negar los buenos tiempos que representaron para el deporte.
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Espero que la hayan disfrutado amigos.